Evolución histórica de la refrigeración

Desde la antigüedad se han utilizado medios naturales de refrigeración. La utilización del hielo para conservar los alimentos es conocida desde tiempos remotos. El hielo o la nieve se recogían en invierno y se almacenaban en depósitos con aislamientos muy simples.

Pozo de nieve

Otra técnica conocida desde el siglo XVI consiste en la obtención de temperaturas inferiores a la fusión del hielo mediante mezclas congelantes: si se añade sal al hielo, su temperatura se reducirá mientras se funde.

En 1714, Farenheit estableció el cero de su escala en la temperatura más baja que se podía obtener en su momento:   -17.8 ºC, mezclando hielo y sal de amoniaco.

El efecto refrigerante asociado a la evaporación en aire también se conoce desde la antigüedad. Los egipcios ya conocían la utilización de recipientes porosos para refrescar el agua. Este efecto es particularmente eficaz en climas extremadamente secos como en el desierto.

La refrigeración artificial es la producción de frío por medios no naturales. La tecnología de refrigeración es la utilizada para obtener y mantener en un punto una temperatura inferior a la de su entorno. Su funcionamiento se basa en extraer un calor (Qin) de un cuerpo a baja temperatura (T1) y entregárselo a otro (Qout) que está a temperatura mayor (T2). Para que este enfriamiento artificial tenga lugar es necesario aportar energía (Win)